Es probable que muchos hayan escuchado mencionar el ESP del coche, pero no todos conocen de qué se trata; sus siglas en español corresponden a Control Electrónico de Estabilidad y su función consiste en regresarle el control al coche, cuando se ha desviado de su trayectoria al perder tracción o si se ha derrapado. Este recurso surgió a raíz del aparatoso accidente del primer Mercedes Clase A, mientras realizaba la prueba del alce para evaluar su estabilidad ante los cambios de trayectoria bruscos.
Para cumplir con su función requiere de la participación de diversos sistemas al mismo tiempo, como el motor, la dirección, los frenos, etc. Esto lo logra por medio de sensores que reciben y transmiten la información a unidades de control, para que interactúen entre ellas y tomen las decisiones pertinentes.
Esto no quiere decir que el ESP hará todo el trabajo, pues aunque se encarga de corregir el error del conductor, en realidad no tendrá mayor agarre por ello. En sí lo que hace, es que el coche se mantenga en la dirección que se trace con el volante; de tal manera, que si al girarlo en una curva con brusquedad el coche gira más abierto de lo que se le indicó, el control de estabilidad corrija el curso haciendo que vaya a donde señale la dirección.
Sensores del ESP
El control de estabilidad requiere de diversos sensores que le suministren la información en el momento adecuado para poder actuar. Estos son:
Sensor de ángulo de volante: es la manera en la que el ESP identifica hacia dónde se desea ir, por medio de la posición en la que esté el volante. Le indica cuánto y cuán rápido se ha virado.
Sensor de posición del acelerador: indica cuál es la posición del acelerador por medio de una señal de voltaje al ordenador, dicha señal se intensifica cuando se abre el acelerador.
Sensores de giro de rueda: transfieren la información de la velocidad de giro de cada rueda a la unidad de control.
Sensores de aceleración lateral: le muestran al ESP si el coche reacciona o no a la curva. Por ejemplo, si el volante expresa que está girando hacía alguno de los lados, pero no se detecta la aceleración lateral, es indicativo de que el vehículo sigue recto, por tanto el control de estabilidad debe actuar.
Giróscopo: advierte si el coche intenta girar sobre su eje.
Si alguno de los sensores falla es preciso llevar el vehículo al taller. Para satisfacer las reparaciones puede buscar piezas desguace y así rendir sus finanzas; por suerte, hay empresas que tienen acceso online, lo que hace mucho más fácil adquirir los repuestos desde cualquier parte de España.